Con la llegada de la pandemia global, todos los sectores en mayor o menor medida han tenido que reinventarse para adaptarse a la nueva realidad que estamos viviendo, poniendo la tecnología al servicio de la salud.

El sector de la arquitectura y los materiales de la construcción han evolucionado introduciendo nuevos acabados como yesos y pinturas tratando de paliar, en la medida de lo posible, los devastadores efectos de la COVID-19.

Actualmente es posible eliminar el 99,9% de las bacterias existentes en las superficies mediante la transformación de paredes y techos en auténticos purificadores de aire. Ello es factible por pura química. La composición de minerales que lleva esta pintura genera, a través de un catalizador, iones capaces de oxidar la capa lipídica de las bacterias rompiendo sus paredes celulares y destruyéndolas.

¡Y no solamente eso! También consigue generar un entorno alcalino que impide que vivan y aniden los microorganismos en dichas superficies.

Por otro lado, encontramos fachadas e interiores impermeables a la pandemia que impiden la penetración con sus materiales de virus, bacterias o productos químicos.

HI-MACS®

Es el caso de Hi-Macs, 70% piedra y 30% resina. Se trata de productos antibacterianos, resistentes a todos los desinfectantes, que se usan para la limpieza. Este material se mantiene inalterable tras la aplicación de cualquiera de estos antisépticos y tampoco cambia lo más mínimo cuando se utilizan rayos ultravioleta en la desinfección, que es la última tecnología.

Gracias a este tipo de acabados de última generación, podemos afirmar que se ha abierto un nuevo campo de investigación que nos ayudará a conseguir un entorno lo más saludable posible.