Uno de los pulmones verdes del distrito de Sant Martí es el parque del Clot, fruto del diseño en 1986 de Dani Freixes y Vicente Miranda, formó parte de la nueva generación de espacios públicos que promocionó el Ayuntamiento de Barcelona en la década de los 80, los primeros de la etapa democrática.

El parque se proyectó sobre el solar de 4 hectáreas en el que se ubicaba la estación de tren del Clot y los talleres de reparaciones del ferrocarril. Los arquitectos quisieron conservar parte de dichas estructuras integrándolas en el parque dotándolo así de una carácter singular. Los restos constructivos, muros, ventanas, arcos y la chimenea delimitan sus tres espacios diferenciados.

Objetivos importantes del proyecto fueron el cuidado de la luz y generar una complejidad de recorridos que hiciera el parque más grande.

En este espacio urbano encontramos una zona ideal para los juegos de pelota, un buen lugar para las verbenas y conciertos, una grada para 2.000 personas y un accidente topográfico que transforma el parque en un espacio más rico y más complejo.

Un parque pensado para el uso y disfrute del ciudadano, que fusiona elementos arquitectónicos del pasado con un entorno de modernidad.

Deambulando, descubriremos una pasarela elevada, un lago y varios muros del antiguo taller de RENFE, con una canalización en la parte de arriba que derrama el agua formando una cascada.

Este parque, está pensado para el disfrute de los jóvenes pero sin olvidar a los mayores, quienes pueden hacer uso de las pistas de petanca o, sencillamente, disponer de un sitio tranquilo y naturalizado para desconectar.

El proyecto recibió el premio FAD de Opinión.